domingo, 10 de abril de 2011

Untitled


Llegado un punto todos tenemos algo que añorar. La nostalgia nos invade muchas veces cuando se pone el sol, cuando vuelves a casa y recuerdas cómo eran las cosas antes. Otras veces la nostalgia te invade por las mañanas, al preparar un café o al divisar a lo lejos a alguien que fue demasiado importante, pero fue y ya no es , ni podrá ser.
Necesitas algo, ves como tu vida se descompone a pedacitos, pero cuesta trabajo ir recogiendo los trocitos y unirlos con cuidado para que no se suelten de nuevo. Flotas en un vacío lleno de piezas de puzle que encajaron y ya no encajan correctamente. Y te desesperas, lloras y golpeas al aire suplicando que se unan para ver la imagen que formaban, imagen que te cuesta recordar. Qué miedo da a veces olvidar. ¿ Y si un día te levantas y no te acuerdas de las noches, de su risa, de su pelo o de su aroma? Levántate y lucha. Por juntar esas mitades y hacer que encajen de nuevo. Y desafiar al mundo y demostrar que el pasado ya se ha ido, pero que ahora todo será mejor. Pero es difícil.
¿ Sabéis qué? En algún momento de nuestras vida todos esperamos un milagro. Pero no llega.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

pensamientos