martes, 13 de septiembre de 2011

Storm.


La sangre se extendió con rapidez. Tal vez demasiado. Obbie observó el cuerpo caído que parecía a punto de exhalar su último suspiro. Se acercó y se arrodilló lentamente, presa del pánico puesto que no comprendía nada. Antes de cerrar los ojos para siempre Helen solo fue capaz de recordarle que las cuerdas no pueden tensarse demasiado, porque al final siempre se rompen.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

pensamientos