sábado, 21 de septiembre de 2013

Sobras.

Solía decir que era mi segundo plato y me dolía. No lo era, pero las circunstancias lo hacían así cuando yo deseaba que fuera mi menú del día toda la vida. Resultaba irónico el hecho de que yo ahora me sintiera como las sobras que se recalientan hasta que solo sirven para llenar el cubo de basura. Me senté en el restaurante y pedí carpaccio, tan crudo como la realidad que ahora se reía de mí sin ningún reparo...


Enviado de Samsung Mobile

No hay comentarios:

Publicar un comentario

pensamientos